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viernes, 14 de septiembre de 2018

17º. SE CONFIRMAN MIS PEORES PRESAGIOS SOBRE LA PEÑA LOS AMIGOS DEL TANGO DE ALICANTE.


     
     
     

     Desde primeros de Mayo de 2018, tenía anunciada la visita desde los U.S.A. del escritor, caricaturista y locutor chileno-portorriqueño Arturo Yépez-Pottier a España para presentar su libro-blog "La Lágrima En La Garganta - lalagrimamelliza.wordpress.com",  en Madrid y Barcelona, allá para el mes de Octubre;  aprovechando a requerimiento y consejo de diversos colegas y amigos tal circunstancia, para girar visita a mi domicilio, al objeto de escuchar esas cosas de Gardel que en ningún otro lugar del globo le sería posible audicionar.   Lo que en su día me dio a pensar que llegada la fecha propicia para ello, me pondría en contacto con los miembros gestores actuales de La Peña Los Amigos del Tango, para ofrecerles la posibilidad de una presentación del libro en Alicante y en su sede.    Lo cual a Arturo que conservaba una imagen idealizada de la misma desde Mayo de 1978, fecha en la que había acudido a una sesión sabatina en esta, le pareció una excelente idea.

     Yo realicé la propuesta con ciertas reservas, pues como cuento en el capítulo "Gestión Avenida Carlos Gardel en Alicante" y anteriores de este mismo blog, mi relación con un sector de los argentinos contactados en su día con respecto a dicha  iniciativa, fue altamente decepcionante.    Dándose la circunstancia de que aquel "ministro" que despachaba en dependencias prestadas por nuestra universidad, con el que en su día nos entrevistamos, se adjudicó falsamente ya en aquellas fechas, la titularidad, "precisamente" de dicha peña.    Ello al margen de que también intuía, que la tradicional gala-espectáculo cantado de los sábados, con acceso a público ocasionalmente invitado había sido suprimida de las actividades de la misma.

     En fin;  el caso es que llegados primeros de Septiembre, concretamente el día 7, Arturo me pone un correo, recordándome los pormenores de su ya más próximo viaje, así como la idoneidad de las fechas para contactar con la peña y pulsar su opinión sobre nuestro proyecto de presentación del libro.   Cosa que concreté el pasado sábado día 8, llamando al teléfono que el ente tiene anunciado en su página de Internet.

     Tras tres o cuatro llamadas fallidas, se puso al otro lado Andrea, quién me notificó que se hallaba en el extranjero y que por esa razón ya no iba por la peña, pero que la idea le parecía genial y muy de agradecer por lo prestigiante que era a su juicio para la asociación, y que debía exponérsela a "Norma", que era la persona que actualmente dirigía los destinos de la misma.    Cosa que tras agradecerle su amabilidad y buena disposición, realicé de inmediato.

     Las llamadas a Norma por la falta de éxito para el contacto también fueron varias, lo cual aduje a la retransmisión en directo televisada del encuentro de futbol entre las selecciones de Inglaterra y España.    Y en efecto, allá como a la hora de haber finalizado este, finalmente Norma estuvo de interlocutora.

     Y efectivamente, tras la pertinente indicación de quién me había facilitado su número telefónico, presentación incluyendo antecedentes de mi antigua membresía, exposición del personaje que nos visitaba con alusión a su condición de socio honorífico de la entidad y finalmente manifestación de nuestra propuesta;  la sorprendente e insospechada respuesta de Norma fue que;  para esa fecha  le era imposible acceder a nuestro pedido, porque "ya tenían contratadas todas las orquestas para la milonga" (?)...  y yo me pregunté,  ¿que tendrá que ver una cosa con la otra?.    Insistí argumentándole que para la presentación no les llevaría mas que diez o quince minutos y que a mi modo de ver, ese no era un tiempo como para no quedar bien con una persona de tan dilatada trayectoria gardeliana, que se desplaza desde tan lejos;  a lo que para no radicalizar más su posición, repuso que el jueves siguiente, expondría el asunto a la junta directiva y ya me diría algo, no sin antes confirmarme para afear mis afirmaciones, que durante nuestra breve charla, había consultado su registro de socios honoríficos y allí no figuraba ningún Arturo Yépez.    Y así quedó la cosa, que inmediatamente comuniqué a éste, dado que mi impresión fue que en absoluto iba a prosperar el asunto.



  
Documento acreditativo de la manifestación efectuada al respecto, negada por la actual directora de la peña.    Hasta ese extremo llega el esperpentismo de esta gente.



     El lunes 10 a eso de las 10,30 h., estando en una parada de autobús, recibo llamada de Andrea, diciéndome que tenía en su teléfono dos llamadas perdidas mías, que en efecto correspondían a aquellas que le efectúe el sábado y que no obtuvieron respuesta.    De cualquier modo aproveché para comunicarle lo que me había ocurrido con Norma, cosa que la dejó petrificada de sorpresa e indignación y por la cual, sin motivo alguno, me pidió reiteradamente disculpas, invitándome a que disculpase e insistiese;  cosa que le hice ver estaba prácticamente desestimada, pues aparte de haberle notificado ya a Arturo el resultado de la gestión, tampoco había sido en absoluto una cosa fundamental en el proyecto de su viaje, sino más bien un modo de reverdecer ciertas nostalgias, que la desafortunada reacción de la dirección de la peña, había acabado por desgraciar.

     Pues bien; al parecer Andrea no quedó muy conforme con el cariz que habían tomado los acontecimientos y quizá desde la lejanía de su asentamiento en el extranjero, tomó alguna iniciativa, puesto que el miércoles día 12, recibí una inesperada llamada de Norma en un tono más conciliador, interesándose por mi nombre y ascendencia gardeliana, así como con más detalle, también por el de Yépez, pero sin cambiar un ápice en lo referente a lo que había impulsado mi contacto del sábado, haciendo ver que le importaba un poco, con hipótesis de cambios de fechas que por lo ya explicado, sabía perfectamente imposibles, y acabando de arreglar su alocución, aseverando que -ya se habían escrito muchos libros sobre Gardel, y que en los cuales no siempre se cuentan verdades-  para finalizar afirmando que en una ocasión interrumpió unos minutos el bailongo para presentar y que disertara una directora de cine, cuyo nombre no tomé, y que le pegaron una gran bronca los milongueros, con lo cual, se juró que eso no volvería a pasar.

     Pasados dos días y reflexionando sobre las dos llamadas, creo haber dado con la clave que propició al menos la segunda de ellas.

     Resulta que en el transcurso de la primera, tenida el lunes durante mi trayecto en bus con Andrea, se me escapó un lamento en el sentido de que, "quizá" habían actuado con tanta suficiencia y desprecio hacia un vecino de la localidad y antiguo socio de la entidad, a pesar de probablemente seguir percibiendo de la Exma. Diputación Provincial la antigua subvención que ésta le tenía asignada a la peña;  a lo cual aquella, acusando el golpe con una manifiesta protesta y poniéndose en guardia, rápidamente repuso que en absoluto reciben subvención alguna de tal entidad, y que todos los gastos de mantenimiento de la peña son sufragados en su totalidad por sus actuales dirigentes y socios, por amor al tango.

     No obstante y como en los tiempos que corren no es un dechado común el ejercicio de la práctica de la veracidad, creo conveniente advertir a nuestras autoridades sobre lo ocurrido, al tiempo de manifestarles que si en términos culturales, este es el servicio que están dispuestos a ofrecer a la sociedad alicantina, de la cual tomaron la herencia, al menos de la longevidad que con tanto orgullo exhiben de la entidad que dirigen, y siguiesen percibiendo de nuestra Exma. Diputación Provincial cualquier tipo de subvención, por mínima que esta fuese, sería muy conveniente que dicha corporación revisase la procedencia de la misma, en base a tan displicente e infausta actuación, rayana en un tan injusto como injustificado revanchismo, tan solo privativo de quienes en ningún tiempo, tuvieron o dirigieron nada.    Por lo cual, si es tan privado y sus miembros tan rígidos y exigentes en sus apetencias, justo será que se lo autofinancien ellos solitos.   

     El tan cacareado agradecimiento expresado en su página web hasta la saciedad, al momento de tomar posesión, sólo duró lo que tardaron en redactarlo y aposentarse.    ¡Todo muy especializada y falaz cháchara, vacía de sentimientos!.

     Y como no hay mal que por bien no venga, tan solo agregar que, al menos, la fallida gestión realizada, ha servido para confirmar mi presagio fundamental sobre las actividades actuales que se llevan a efecto en la misma, las cuales no pasan de las habituales en una monda y lironda milonga para distraer bailarines;  y...  ¡nada más!.   

     De lo que fue la peña en su origen, no ha quedado ni la sombra, cuanto ni menos de su espíritu.    Todo se ha esfumado.   Y que conste que lo digo sin el más mínimo sentimiento de nostalgia.   

     Es una auténtica lástima que sus (por lo general) admirables dotes para fabricar bellísimos pasos de baile, estén tan frontalmente reñidos con una coherente actitud didáctica y cultural de las esencias interpretativas y poéticas del género;  y sean tan refractários a iniciativas exteriores que tan sólo tienen la pretensión de subrayar y ensalzar la trayectoria artística de su máximo Cantor.     Cuanto ni menos, su total falta de empatía y tacto en el trato, con personas que de algún modo, contribuyeron en su día a crear, amenizar y expandir, aquello que ahora tan sectariamente dirigen.  



 
  
 En su argumentario tendente a que recapacitasen en la sinrazón de su postura, Yépez les indicó que la Peña, en su día, había estado vinculada culturalmente con su hermana de Isabela, de la cual, es destacado colaborador, y que a pesar del concurso de la COVID-19, es de ver en YouTube el festival virtual que se marcaron en Agosto de 2020.   Pero...  ¡ni por esas!.




     De la decepción y desengaño de Arturo Yépez mejor no hablar...   tan sólo diré que ha sido tan profundo el efecto que me han causado su encaje del golpe y reflexión, que yo que me tengo por una persona bastante paciente y a mis años, reflexiva, totalmente afín a la máxima "¡nunca digas, nunca jamás!", me he prometido a mi mismo que sin mayores disquisiciones, ¡de ningún modo en la medida de lo posible, volveré a pisar ese antagónico suelo!.

...¡Pobre Alicante!.



                                                                                                                                                                                           ¡Salute!.