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lunes, 5 de agosto de 2019

19º. (...UN "VIENTO" DE LOCURA, ATRAVESÓ MI MENTE...) MI VIEJA IMPRESIÓN RESPECTO AL FATAL ACCIDENTE, SE RATIFICÓ AMPLIAMENTE.

A

   ¡Dn. Carlos!

   Nadie acrisoló un cúmulo de mala fulera mayor que el de vos.

   A pocos se le cruzaron tantas y tamañas traiciones al unísono más que a vos.

   Sólo de ese modo, lograron arrebatarnos el sólido y fraternal solaz de su presencia.

   Hubieron de ligarse dos presidentes de república (uno por acción, el otro por interesada dejación) junto al indecente Samper, para noquearos de este mundo, ¡que jamás de la gloria!, a la que ellos y sus innobles apellidos, de ningún modo lograrán avistar siquiera de lejos;  siendo sus endebles y difuminadas estelas, borradas de la historia para la eternidad, no sin antes ser maldecidos sus nombres y rasgos por los siglos de los siglos, por cientos de miles de hombres y mujeres de noble alma desgarrada, que se sintieron tristemente desprovistos de tu presencia y voz.



Foto que nos muestra bajo a la izquierda y en primer término, al niño de 14 años William Foster (aprendiz de mecánica), al que el «intrépido y heroico piloto pirata» colombiano, utilizó de copiloto en el fatídico viaje (a los infiernos).  Inimaginables el resto de despropósitos que cometió en ese acto, ese inadjetivable vil asesino, cada cual, superior en gravedad a su inmediato precedente.  ¡Con razón le compró «galletitas» antes del vuelo!.


   Sus canalladas sin nombre que concretaron con la firma de un acuerdo comercial colombo-argentino largamente ansiado por los segundos, para obviar el «accidente» de Medellín, posteriormente consumado con el abandono a su suerte de todos los huérfanos, viudas, madres, hermanas, etc...  de las víctimas de la infamia del Olaya Herrera, echándole la culpa al indemostrable e indemostrado aire, no les dejará descansar jamás en sus indignas y putrefactas cárcavas. 

   Ni conjurados todos los vientos de la rosa del mundo al alimón, influenciados por los peores malignos designios del mago Frestón, serían capaces de conseguir tamaña casualidad cual la de que en un espacio aproximado a los 900.000 m/2, donde en un momento determinado sólo habían dos aviones operativos (uno maniobrando y el otro parado), por efecto de esa mezcla gaseosa compuesta de oxígeno, nitrógeno, y algunas porciones variables de argón, vapor de agua y anhídrido carbónico; invisible por transparente, insípida e inodora (cuando no porta otros aromas ajenos), el uno fuese a hacer diana casi frontal con el otro, si no existiese por parte de uno, una búsqueda expresa de tal acción (por supuesto en lo referente a ubicación).    Eso, basado en el índice de probabilidades de Laplace, más que increíble, es imposible, y por supuesto que;  superando con creces la más imaginativa de las ficciones, ¡nunca jamás repetido desde entonces en el lugar!.



Ilustración extraída de la edición de lujo en tapa dura, del libro "La Verdad sobre la muerte de Carlos Gardel" (Diké 2019) que explica en su plano cómo ninguna, la imposibilidad de lo que finalmente falló la justicia en relación al viento, apreciándose clarísimamente, la perfecta trayectoria del F-31, en busca de sobrevolar al avión de la SCADTA; ante la inmensa concurrencia congregada en las instalaciones del aeródromo.   Y nunca literalmente mejor aplicado el término "falló".    Por cierto, cuanto más se mira el croquis, más firme y clara se ve la acción de un ignaro, irresponsable y obseso, plenamente entregado a satisfacer su insaciable y egocéntrica vanidad criminal, empecinado en conseguir a toda costa su objetivo "in mente", sin titubear ni un solo instante en incumplir para ello, las más básicas pautas del reglamento aeronaútico, dejar de acelerar,  desviar su rumbo o parar motores.    ¡Vamos!, una gloria de la aviación colombiana, como se ha manifestado hasta la saciedad.   ¡Un ejemplar y patriótico héroe! en toda regla, allá donde los haya.   No hubo caridad ni compensación económica alguna para los familiares de las 16 víctimas restantes.   ¡Sí!, descargo para Samper.     Foto cortesía de Dn. Umaña Mauricio Núñez.






Ampliación a color del detalle del plano anterior, en el que se ve claramente el maizal que evitaba la visión del Manizales hacia la parte sur de la pista, el cual tuvo que situarse algo así como un metro por delante de la linea del mismo, para poder visualizar el despeje de esta por parte del F-31, que en lugar de ello, se le vino aterradora y fatalmente encima, frustrando el maquiavélico proyecto del enloquecido Samper.








...y como íbamos diciendo...  ¡así!, así se escribe la historia.    Por supuesto que debían estar refiriéndose a la ostentación de una categoría de piloto que jamás obtuvo en tribunal competente alguno, es decir, su triunfo mayor al respecto, fue el de obtener en los USA un carnet de estudiante de vuelo, acreditando únicamente unas 100 horas de éste, cuando precisaba mínimamente 1.000 para llegar a ser piloto.    Toda una farsa el tal Samper.



   El resto, fue la obra encubridoramente perversa y autoprotectora de unos seres humanos, indignos de tal denominación, por su total insensibilidad al padecimiento ajeno, y ante cuyas parciales maquinaciones, tendentes únicamente a salvaguardar sus intereses económicos, a uno se le hace difícil soslayar la inmensa vergüenza de formar indeseada e inevitablemente, parte integrante de tal género.

       Tan solo en un aspecto (por la parte argentina) mantuvieron esos engendros su congruencia e iniquidad, ahorrándoles su despreciable presencia oficial a los sensibles asistentes a los funerales dispensados en el Luna Park y sepelio del día posterior en La Chacarita.    Al menos hubo cierta limitación al proverbial fariseismo.

    Ha sido inmensamente gratificante el que, aún pasados ochenta y cuatro (84) largos años de los infaustos hechos, final y radiantemente, "LA VERDAD" (irrefutable por el aval de la luminiscencia de su exposición, la rotundidad de lo probado, la congruencia de lo argumentado, y ¡sobre todo!, por lo perseguida, silenciada y oprimida por parte de las mal llamadas autoridades (ya que ese concepto, requiere de otras actuaciones más dignas y honestas por parte de quienes lo ostentan)), tozuda e impenitente;  superados ¡ya!, todos los fundados temores a las temibles represalias que indudablemente hubiesen recaído sobre los denunciantes, por parte de los poderes establecidos de la época, y por ley natural, físicamente desaparecidos éstos, haya resplandecido jubilosamente, reconfortándonos de tan abrumadora y monstruosa iniquidad.  




      
Portada y contraportada de la 1ª edición (de tapa blanda, impresa en los USA, de 22-5-2019, no acreditada en el mismo) del libro inspirador de esta espontánea y doliente manifestación.




2ª edición de lujo, de tapa dura, de finales de Julio del mismo año, cuyo nuevo título es ahora "La Verdad sobre la muerte de Carlos Gardel" y que generosamente, incluía en los créditos de portada como coautora, a Dña. Manuela Umaña, hija del docto y tenaz recopilador de la obra.



   He aquí mi sentimiento ante la lectura del libro recién publicado por estas fechas (27-7-2019), basado en la documentación acumulada por el letrado Dn. Alfonso Uribe Misas (e.p.d.) (abogado de la SCADTA) sobre los resultados de las distintas peritaciones efectuadas sobre unas inspecciones oculares, llevadas a cabo a su requerimiento, para intentar esclarecer los hechos relativos al fatal accidente del 24 de Junio de 1935 en el aeródromo "Las Playas" u "Olaya Herrera", de la ciudad de Medellín, que debió ser editado en 1938, no siéndolo por las razones de peso, en él explicadas y que ¡por fin!, gracias a la admirable custodia e impecable transmisión de sus descendientes, con los cuales adquirimos todos los miembros del universo Gardeliano, una deuda de sincero agradecimiento imperecedera, que orgullosos y satisfechos, nos place expresar;  y a la perseverancia del ingeniero e historiador aeronáutico Dn. Mauricio Umaña Núñez, por su inquebrantable insistencia en la persecución de ésta exitosa cruzada;  que desgranándolo, podemos ¡devorar!.



Instantánea de Dn. Alfonso Uribe Misas, abogado de la SCADTA y auténtico padre de ésta histórica y trascendente obra, gracias a la cual, a las casi ocho décadas y media del infausto suceso, hemos podido conocer los motivos reales que lo produjeron, el vencer sus parientes los justificados temores a reeditarla, tras haber sido gubernamentalmente prohibida su publicación en 1938.    Foto por cortesía de Dn. Mauricio Umaña Núñez, convincente vigorizador del proyecto.



   Un postrer recuerdo,  junto con el lamento por su forzosa ausencia, para todos aquellos cientos de miles de Gardelianos de venerable corazón, que nos dejaron bajo la ignorancia de lo que hoy nos alumbra, a los que jamás me perdonaría olvidar.    Es de desear que allá donde estén, ellos hayan sabido de la misma, mucho antes que nosotros.



Dn. Mauricio Umaña Núñez, recopilador de la documentación e instigador a vencer las lógicas y justificadas reticencias iniciales de los deudos de Dn. Alfonso Uribe a la publicación de la obra, en una de las múltiples entrevistas concedidas en los últimos cuatro años.




   Y para finalizar, considerando bajo mi modesto punto de vista, es esta una de las obras más trascendentales y fundamentales de las muchas editadas hasta la fecha, sobre la causa, al tiempo que tremendamente didáctica en el manejo del difícil don del equilibrio y la equidad, voy a permitirme (sin que sirva de precedente) una drástica excepción;  efectuándoles (no siendo proclive a conferirlos), un profundo y sincero consejo...  si son mínimamente Gardelianos;  ¡no se la pierdan!.  


                                                                                                                                                                                                                                                                                                            ¡Salute!.



       Sería de todo punto injusto, cosa que dado mi utópico sentido de la equidad, me atribula, aislar de esta ecuación «de verdad», a su colega, el «perito aéreo» Dn. Terencio Spaini, indiscutible experto en la materia, diríase mejor ¡un catedrático!, quién en 1977 (39 años nos contemplan), en la revista-libro de titulo «Carlitos Gardel, Como Nunca Se Vio», publicada por GENTE y la Actualidad y comercializada por ediciones Atlántida, S. A. (Argentina),  concedía una extensa entrevista al periodista Rodolfo E. Braceli, en el curso de la cual eran explicadas en más de un 80%, las razones contempladas aquí del accidente de Medellín, incluidas (01) las «galletitas», (02) el sobrevuelo del capitán Thom el día 20 a modo de reto con el Manizales sobre el F31 de Samper Mendoza, que éste tomó demasiado a pecho, (03) el no atado telón, (04) el viento de cola (al que allí se le concedía escasa importancia (al intentar alzar el vuelo de sur a norte), así como las fotos que indicaban con claridad la dirección de los anemómetros o mangas de viento, instalados en el aeródromo), (05) el asunto de la carencia de copiloto y la poca edad del que administrativamente ocupaba tal plaza en dicho vuelo, (06) la salida de pista del F31 buscando el sobrevuelo del Manizales, (07) lugar del cadáver de Gardel bajo el motor, (08) chaleco de plumas de éste, que salvó de la incineración algunos documentos personales, (09) la aparición de una bala en el cadáver de Gardel (muy cerca del corazón), (10) la escucha de un disparo, previo al choque de los dos aviones, (11) la posesión de la pistola de fogueo en la mano derecha del copiloto alemán del Manizales, (12) la bala encontrada en la cabeza del cadáver de Samper Mendoza, con entrada por el maxilar, (13) la conclusión oficial final, en la que se declaró la culpa de todo a una incontrolable ráfaga de viento, (14) el velatorio de los restos de Gardel en el domicilio de un párroco (15) la premeditada desaparición del comisario de vuelo de la SACO y testigo presencial de los hechos Grant Flynn, (16) el entierro provisional en el cementerio de San Pedro, (17) el multitudinario entierro de Samper Mendoza cual si de un héroe nacional se tratase, (18) y la conclusión oficial final, en la que se declaró la culpa de todo a una incontrolable ráfaga de viento, así como (19) la posterior fusión de las compañías SACO (Servicio Aéreo Colombiano) y SCADTA (Sociedad Colombo Alemana de Transportes Aéreos), con el posterior advenimiento de la Avianca (Aerovías Nacionales de Colombia S. A.), tras un acuerdo político de ¡quién sabe que contenido y alcance!, y que ¡eso sí!, llevaba implícita, la ruina por falta de reconocimiento de culpabilidad, de unas pocas familias argentinas, por la pérdida de sus esposos, padres y futuros abuelos, un desgarro familiar-afectivo-generacional que con cuatro chirolas se habría podido al menos atemperar.


Entrevistador y entrevistado en un momento de la charla.

       Otras diferencias de aquella entrevista no contempladas en la de Umaña consistieron en (20) la colecta popular de acciones de 5 centavos (unidad monetaria del país en 1935) para ayudar a la familia del «piloto» del F31 a salir del desastre económico (fíjense que diferencia con el trato dispensado por Argentina a sus súbditos damnificados, a los cuales (como manifestaron repetidamente por Internet, Mesalina Riverol y Carmen Barbieri, hija y nieta respectivamente de dos de los guitarrista fallecidos en el accidente), no se les ayudó ni con un vaso de agua,  (21) como también un indigerible panegírico sobre Ernesto Samper Mendoza (tratado en su sepelio como un héroe nacional), y el hermanamiento de los dos pueblos latinos, (22) dándose además un pormenorizado detalle minuto a minuto, segundo a segundo, del trazado del suceso;  omitiéndose en aquella en favor de la de Unaña, exclusivamente: (23) la carencia de licencia de vuelo para transportar pasajeros de Samper Mendoza, (24) el asunto de los rollos de la película mejicana de 1934 «Payasadas de la Vida»  (Miguel Zacarías Nogaim)incluidos en la carga del F-31 a última hora, apilados en el espacio del aseo y del que éste, dada la sobrecarga existente, considera factor fundamental del accidente, (25) aspectos técnicos de los componentes del F31 como la manivela para accionar los «flaps» de las alas de este, que un copiloto experimentado podría haber movido para ayudar a elevar el vuelo y no lo estaba en las del F-31 que portaba a Gardel y compañía;  (26) la foto de los anemómetros, o mangas de viento, demostrativa de la dirección del mismo ese día en el aeródromo, así como de la inconveniencia de tomar el vuelo de sur a norte como lo tomó el temerario Samper;  y (27) la fundamental cita a Dn. Alfonso Uribe Misas, abogado de la SCADTA, y piedra angular del trabajo de éste. 

      En resumen:  de las 23 circunstancias que maneja en su libro Umaña, 18 o 19 ya las especificó en su entrevista Spaini, 39 años antes;  lo que resulta ser el 78,26% o el 82,60% entre ambas opciones.   

       Por cierto, cosas muy propias y repetidas, en y del «mundo» Gardeliano, donde no cesan de tomarse las ideas los unos a los otros, omitiéndose en la mayoría de los casos, citar las fuentes originales de donde proceden estas;  que finalmente, ¡decepcionándote!, acaban por dañarte anímicamente.   

       Es lo que algunos colegas (no con poca gracia y mayor tino) dieron en denominar ((no voy a ser ahora yo el que cometa dicho pecado), concretamente Dña. Clara Koser (Gardel)), como:  «celos Gardelianos». 

       Me cuesta creer que tal profusión de datos tan concretos como precisos, fuesen del total desconocimiento del amigo Umaña, y más cuando compartían profesión;  quién en su libro de 2016 «La Verdad», no cita ni una sola vez a Dn. Terencio Spaini y esto ciertamente, no deja (cuando menos) de sorprenderme, dado el grado de especialización en el tema demostrado por el transcriptor, no sólo en su libro, sino en mil una conferencias realizadas tanto en YouTube como personalmente por diversos paises.   Es prácticamente imposible creer que lo desconociese.


NOTA:  Aclaración de los diferentes colores en que son marcados cada detalle.   En verde los puntos coincidentes de cada autor (18).   En rojo los que el segundo (Spaini) no cita (del 20 al 22) (3).   Y en azul los que omite el primero (Umaña del 23 a 27(5).

Importantes disensiones entre un autor y el otro:  (01) para Spaini la carga del F31 estaba dentro de los límites aconsejables y para Umaña estaban los kgs. excedidos (es lógico al provenir su información del abogado defensor de la SCADTA que tendería a presentar los hechos lo más favorable posible a los intereses de su defendida).   (02) Y para Spaini arrancar el vuelo con el viento de cola no tenía importancia, es más, llega a asegurar que el Manizales iba a hacer lo propio y para Umaña era un factor primordial, dentro de los cánones básicos de la aeronáutica (inexistentes en la época para Spaini), que Samper Mendoza obvió, para lucirse ante el público que expectante esperaba en las instalaciones del aeródromo, así como para poder sobrevolar al Manizales, que aguardaba en las cercanías, como devolución del sobrevuelo que le hiciera el día 20 el capitán alemán a él, asegurando que el avión pilotado por Thom iba a despegar de norte a sur, es decir, tal como indican las más elementales normas de la aviación, para tomar el viento en contra y elevarse con mayor facilidad (esto lo diga quien lo diga, parece lo más nomotético).   (03) Incomprensiblemente Spaini no cesa de citar el día 25 como fecha del terrible suceso, cuando todos los autores del mundo sin dudarlo, dan la del lunes 24, doloroso y triste día de San Juan.



Portada de la revista-libro de 1977  «Carlitos Gardel, Como Nunca Se Vio», 
publicado por GENTE y la Actualidad, y editado por Atlántida, S. A. (Argentina).


       Así que ¡sí!, dónde dije digo, digo Diego:  es decir, no pienso ahora que sean tan novedosas, ni excepcionales las investigaciones de Umaña, concretándose estas en haber obtenido (¡eso sí!, «con mucha ilusión, perseverancia y éxito»), el permiso de los justificadamente aterrados herederos de Uribe Misas, para editar finalmente un trabajo que tenían aquéllos empolvándose durante décadas en algún cajón.   No es poco mérito este, de vencer al miedo y mucho menos, cuando el mismo es proverbial y fundamentadísimo;  pero al César, lo que es del César…   

       No es bueno enterrar en el olvido a nuestros antecesores que también trabajaron con denuedo, ilusión, admiración y afecto hacia nuestro ídolo común. 

       Me siento extremadamente feliz cuando consigo extraer de la ingratitud del olvido a algún Gardeliano allí inserto.   Siento su resurrección como algo mágico y personal.   Me remite al recuerdo de mi difunta madre y cuán orgullosa se sentiría si pudiese verlo. 

       Con mi conciencia, nadie va a quedar apeado de este «tramway», y menos de modo tan abrupto y radical.   Aquí no sobramos nadie y por Gardelianos, todos serán bienvenidos, ¡siempre!, desde los tres secuestradores argentinos de su arte, hasta el aprovechado, embustero, abusivo y traicionero Te Falla, ¡todos!.    Otra cosa es que se les promocione, o aplaudan sus reprochables procederes.

       En cuanto a las compañías de aviación, sólo se me ocurre pensar en lo endebles que debían ser sus economías, cuando su supervivencia, dependía de la indemnización, o ¡no!, a 17 familias en total (7 y 10 respectivamente), es decir, en el peor de los casos, el mayor número de indemnizaciones que una parte hubiese tenido que atender a la otra hubiese sido el de 10 familias, pudiendo ir a cargo estatal la indemnización de las otras 7.   Estando involucrados los seguros de ambas compañías y en última instancia, los gobiernos de las dos naciones, parece de una miseria de alma incomprensible e inexplicable.   ¡Cuánta podredumbre moral!.  

       ¡Mejor culpar a una ráfaga de viento que pasaba por allí!.   ¡Que locura!.


       Lo lamento, amigo Mauricio, pero las cosas son como son...