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lunes, 2 de septiembre de 2019

20º. DEFINITIVAMENTE, GARDEL NO REALIZÓ NUNCA EL JINGEL DE ''GENIOL''... ¡¿O, SÍ?!...


     La Vida te da sorpresas.

    Indudablemente, en buena lid, ese debería ser el título del presente capítulo, pues de gran dimensión y total afinidad al respecto, ha sido la hace escasas fechas, recién descubierta novedad, y que a grandes rasgos, voy a intentar relatar.

   En incontables biografías de nuestro Ídolo, con mayor o menor claridad o rotundidad, se ha dado a entender que, el mismo, en 1931, llegó a grabar un anuncio para promocionar el analgésico Geniol, de cuyo concurso, había sido ganador del primer premio el año anterior, recibiendo como parte del mismo, un reloj de oro de la marca Longines.

    Hasta aquí los hechos sucintos, siendo nulos los datos sobre quienes poseían la grabación del disco en que se sustentaba la noticia, cuanto ni menos el lugar o fecha de grabación, ni del sello discográfico en que se realizó la misma, ni siquiera de personas que bajo escucha, aseveraban la veracidad de la noticia.

   Hace bien poco, concretamente el pasado 26 de Agosto del presente '19, como casi siempre ocurre, buscando sistemáticamente otra cosa en la Web, fui a parar, con una página que me conducía a otra, y en la cual "cortado" (por carencia de la intro, y toda la primera estrofa), y tal cual luego pude comprobar en el seguimiento del asunto, también profusamente alterado el audio, escuché una pieza que sin nombre de intérprete era titulada simplemente como «Geniol».

   La repetida escucha de la misma hizo despertar mi interés en obtenerla completa, y esto finalmente lo conseguí en YouTube, gracias a la generosidad de Luis Alposta, donde para mi asombro, se decía que el título de la misma era «Venga de Donde Venga» escrita por los hermanos Antonio y Gerónimo Sureda, y que la interpretación correspondía al cantante de Bahía Blanca, Juan Carlos Marambio Catán, de quién era la primera vez que había oído hablar, a pesar de haber sido acompañado en su carrera por gente tan prestigiosa como Francisco y Julio De Caro, Juan Cruz Mateo, Scatassoo o Augusto Pedro Berto, entre otros;  y haber sido desde 1915 amigo personal del propio Gardel, quién le interpretaría años después el célebre tango con letra del mismo y música de Pettorossi «Acquaforte»;  habiendo en los comentarios allí existentes, seria controversia con respecto a dicho asunto.    No contento del todo con el resultado, solicité una copia a mi excelente amigo Eduardo Sibilin, quien a la postre había sido la fuente de donde había salido la pieza que fue seccionada y manipulada;  quién generosa e inmediatamente, incondicionalmente me la remitió.

    Yo que probablemente, por mi entrega desde hace muchos años a la limpieza del audio de Gardel, así como a mi sempiterna afición a la obra del mismo, sin pretensión de distinción alguna,  probablemente sea una de las personas que más lo tiene escuchado, a bote pronto, me incliné por las que abogaban a que el intérprete era Gardel (que esa era la cuestión).

    Procedí a la limpieza exhaustiva y remasterización del audio y una vez acabado, y antes de colocarle el nombre del ejecutante (como por costumbre tengo cuando me aparecen dudas sobre la mayor fiabilidad entre el audio de un archivo u otro, sometí éste al veredicto de mi esposa), la cual tras atenta y concentrada escucha, aseveró, ¡es él!, ¡¿como lo dudas?!.

    Repetí la operación horas después con mi hijo, el cual, por cierto, tiene probada fama en círculos musicales locales, de tener un oído bastante fiable y afinado;  siendo el resultado el mismo, acompañado de cierta perplejidad por mis aparentes dudas y conviniendo en que esa capacidad para ejecutar el par de calderones que contiene la obra, así como la peculiar forma de abordar al personaje femenino que aparece en la curso de la misma, son marca de la casa Gardel, estando a la par de las realizadas en «Principe»  o  «Anoche A Las Dos», ¡por ejemplo!.

    Y bueno, dado que las afirmaciones existentes en YouTube no iban acompañadas de imágenes de la galleta de algún disco acreditativo de lo que allí se afirmaba, cosa que tampoco aportaron nunca los que abogaban por la interpretación Gardeliana, opté por lo más «evidente» y apetecible;  y eso fue que definitivamente el cantante era El Zorzal.  

     Ello ignorando que en 1981, al ser emitido por radio procedente de un disco de muestra aportado por  el acreditado coleccionista Lionel Godoy, ;  el mismísimo Enrique Domingo Cadícamo, había llegado a la misma conclusión que todos nosotros, afirmando que la voz era la de Gardel.    Lo que contrasta con la firme aseveración de mi gran amigo Hugo Noé, quién sin ambages de ningún tipo, el 27 de Febrero de 2019 afirma que -Cualquiera que haya escuchado al Zorzal se daría cuenta que no es él-.

    Pero dos días después, y ahora viene a cuento aquello que indicaba al principio sobre las sorpresas de la vida;  continuando con mis pesquisas, me encuentro con la reciente edición del 21 de Enero de 2018, de un CD de Juan Carlos Marambio Catán en el sello Two to Tango, titulado «Recuerdo  (1923 - 1932)» y en cuya posición 15ª. (de 22), iba incluido dicho registro.




Portada del asombroso CD que ha venido a aclarar definitivamente, el controvertido asunto de la interpretación del anuncio "Geniol", por parte del Zarzal.




    
     Ni decir tiene que mi asombro y perplejidad no tuvieron límite;  y que decir de las caras de mi familia cuando al unísono les dí la noticia.   Sin ningún tipo de dudas, puede afirmarse categóricamente, que Marambio Catán ha sido el mayor y más creible y cualificado imitador del Morocho de todos los tiempos, siendo muy comprensible la cautela en efectuar la afirmación categórica de tal evento por parte de aquellos que la dieron del modo en que efectivamente se efectuó.

     Ello no exime al registro dada la evolución histórica del mismo, de un auténtico valor específico en la discografía gardeliana, aunque fuese únicamente por las dudas que durante décadas justificadamente generó entre los más sesudos gardelianos.

   Imprescindible agregar que reafirmándome en todo lo dicho con respecto al increíble parecido con Gardel en la ejecución de la pieza motivo de este capítulo, ésta es totalmente una isla en la obra conocida de Marambio;  pues escuchadas con extrema atención, todas las restantes piezas que componen el CD , entre las cuales se encuentran hasta cuatro del más clásico repertorio gardeliano (a excepción de la última), a saber:  «Dicen Que Dicen»,  «Confesión»,  «Todo Corazón»  y  «Hola Señorita», y a pesar de estar las dos primeras acompañado por el inconfundible piano de Juan Cruz Mateo, en absoluto vuelve a aparecer, ni por asomo, el fenómeno de dicho parecido o imitación.    Lo cual, nuevamente, nos coloca en una disyuntiva un tanto enigmática, sobre cual es el trasfondo de semejante prodigio.


   ¡¡¡Mágia!!!...   ¡Pura magia!...   Y ¡Misterio!, nuevamente misterio.


                                                                       ¡Un abrazo para todos!.








NOTA:   No siendo amigo de alargar sistemáticamente mis escritos, me he privado de ofrecerles el texto cantable de la obra en cuestión, así como la lista de títulos que componen el CD indicado, lo cual, con los datos proporcionados, les será de fácil localización.

           Muy destacable e interesante en el CD la posibilidad de disfrutar el piano de Juan Cruz Mateo, de quién no es muy fácil ubicar grabaciones, y que  como todos Vds. saben, fue el pianista de las doblemente famosas sesiones de Gardel en Barcelona, en 1932 (primera porque fueron las únicas grabaciones de Gardel en ese año;  y segunda porque también fueron las únicas que realizase el Zorzal en su carrera acompañado con violín y piano). 

           También he evitado citar la página donde hallé por primera vez el dato sobre el asunto, así como el nombre de quién la gestiona, con quién tengo buena relación, por aquello de la inevitablemente citada manipulación del audio.


                                                                                                                                                                                                             ¡Salute!.

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